Las pinturas de la cueva de Altamira son las protagonistas de esta novela del peruano Carlos Villanes. En ella se narran dos historias. La primera ambientada en el paleolítico y protagonizada por Rek, un joven diferente, sensible, observador de la naturaleza y los animales, enamorado de la hermosa Belaya, que es expulsado de su clan y vive una serie de aventuras al tiempo que hace importantes descubrimientos. La segunda historia ocurre en el Santander del finales del siglo XIX y la protagonista es María, la descubridora de las pinturas de Altamira e hija de Don Marcelino Sanz de Sautuola, que vive la tragedia de la muerte de su padre abatido por el desprecio de la comunidad científica mundial a su trascendental descubrimiento.
Las dos historias diferenciadas tipográficamente por el empleo de distintas tintas, azul y negra, se narran alternando con gran amenidad episodios de una y otra, perfectamente enlazados de manera que se mantiene el interés de ambas.
Las dos historias diferenciadas tipográficamente por el empleo de distintas tintas, azul y negra, se narran alternando con gran amenidad episodios de una y otra, perfectamente enlazados de manera que se mantiene el interés de ambas.